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miércoles, 23 de enero de 2019

LLORAR POR ESPAÑA




«Doquiera que estamos lloramos por España; que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural… es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España, que los más de aquellos, y son muchos, que saben la lengua como yo, se vuelven a ella, y dejan allá sus mujeres y sus hijos desamparados: tanto es el amor que la tienen; y agora conozco y experimento lo que suele decirse: que es dulce el amor de la patria.»




Así te hablaron de nuestra España, querido Sancho,  cuando tuvisteis aquel encuentro con tu desterrado vecino Ricote, nada más y nada menos que tres siglos antes de que los llamados liberales decimonónicos, meritorios prestidigitadores, sustrajeran de una chistera a la nación española. Algo así es lo que proclaman muchos de los presuntos intelectuales en este, mi tiempo, plurintelectuales que alcanzan a ser tan pluripollinos como tu jumento, aunque algunos otros, cuyos rebuznos se dejan oír en numerosos medios de comunicación, certifican que no fueron los liberales sino que fueron sus majestades Doña Isabel y Don Fernando los auténticos creadores de la nación española; y también abundan esos otros rucios de encefalograma cuasi plano que dejan al descubierto su única neurona al declarar la nación española como un montaje nacionalista promovido por el mismísimo Franco. Alguno de esos borricos, corto de estatura y más aun de mente, incluso me llegó a jurar en cierta ocasión que tu España y la mía, amigo Sancho, no han existido nunca.

Si pudieras ver lo que yo veo, verías en Wikipedia cómo definen y hablan del nacionalismo español. Cosas veredes, amigo Sancho... Que ¿qué es Wikipedia? pues un lugar al alcance de todos donde cualquier vecino puede depositar desde conocimientos verdaderos hasta las heces mentales más hediondas y demás flatulencias cerebrales. También cuentan que el concepto de "nación" ha variado a través de los siglos, como lo han hecho otros miles de conceptos ¿O no es cierto que la mujer rolliza era símbolo de belleza en tu época y ahora lo es la enjuta? Ahora llaman a España plurinación de plurinaciones plurinacionales. Cansado está uno, amigo Sancho, de caminar entre estercoleros ideológicos que entierran las verdades bajo el capricho de intereses políticos y demás defecaciones propias de menguados raciocinios.

Y fue Don Miguel, en el relato de tus andanzas, quien describió a la verdadera nación española, a esa España que es gallega, manchega, castellana y aragonesa, a Murcia la bella, do habita mi hermano José Pascual, o a Barcelona; esa España poblada de curas, bachilleres, mercaderes, labriegos, trashumantes, venteros, ladronzuelos y vagabundos sin más diferencias que las acuñadas por el hambre y la injusticia.

Ya te dije en alguna ocasión que en el año 624, Isidoro de Sevilla nos dejó escrito su "Laus Spaniae", y allí elevó España a la categoría de primera nación de Occidente, entendiendo "nación" como la concebían los paisanos de su época, concepto que curiosamente se parece bastante al actual, a saber:

  • un espacio geográfico: la península situada bajo los Pirineos;
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  • una población sometida a un Ordenamiento Jurídico que regía la forma de vida de sus habitantes: el Derecho Romano;
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  • una entidad política con capitalidad y Corte en Toledo;
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  • una religión: la católica,
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  • una única y homogénea imagen proyectada hacia el exterior, pues todo extranjero se refería a "España" cuando hablaba de cualquiera de los lugares de esta cosa que ahora llaman "Estado" antes de que nacieran muchos de los nombres que hoy identifican a esos lugares;
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  • y una historia común que arrancó con el dominio romano, allá en el siglo III A.C, aunque bien es cierto que pasó por algo más de un de siglo convulso como consecuencia de la crisis romana.
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También bajo el reinado de Mauregato (siglo IX), Beato de Liébana en su himno litúrgico "O verbum Dei", proclama al apóstol Santiago como patrón y protector de España en la lucha contra el invasor, mas no así protector de Gallecia ni de Asturias ni de Cantabria, focos iniciales de insurrección contra el invasor islamita; y también viene al caso decir que son conocidas numerosas citas de aquellos reyes cristianos y españoles durante la Reconquista proclamándose a sí mismos reyes o emperadores de España, y que constantemente citan su voluntad de "luchar contra el moro" por recuperar la patria perdida al grito de "Santiago".

Y es aquí donde llegamos al asunto del que hoy quería hablarte, precisamente sobre la referida "no existencia" de España en el siglo VIII y la refulgente creación del paraíso de Al Ándalus, territorio sobre el que quieren vincular los antecedentes de Andalucía esos lerdos de turno adoradores del botarate y converso al islam Blas Infante, pues nada tiene que ver con ello, ya que Al Ándalus comenzó en el Algarve y llegó hasta Finisterre, desde Gibraltar a la cordillera Cantábrica, y desde Almería al Pirineo.

Abundan por estas zahúrdas muchos plurimendrugos que declaran que los musulmanes, árabes, sirios y bereberes, nunca invadieron España. Supongo que en su lugar fueron los aborígenes australianos los que por aquí vinieron y aquí se quedaron, o quizás fuesen japoneses y coreanos los que a golpes de falcatas, cimitarras y jinetas acariciaron dulcemente los cuellos de aquellos, nuestros abuelos españoles, que se les opusieron. Por suerte aun quedan cronistas honrados, como mi admirado historiador Sánchez Saus,  meritorio estudioso de aquella época quien afirma que, además de la sucia traición del conde de Ceuta, Don Julián, y de los visigodos traidores partidarios de Witiza, la principal causa victoriosa de la invasión de España por los musulmanes
 
"Fue la decidida agresión de un poder de enorme capacidad militar en plena expansión en ese momento, capaz de levantar los ejércitos más imponentes y derrotar a los adversarios más temibles. El reino visigodo hubo de enfrentarse a la primera potencia militar de la época y fue destruido tras una guerra mucho más dura y larga de lo que suele creerse"

Así desmiente la trola que ahora nos quieren destilar de que los musulmanes no nos invadieron sino que vinieron aquí para hacer turismo, y en su plácido descanso negociaron con lo más florido de la casta de la época, quienes aceptaron de buen grado cambiar su dictatorial religión por el islam, por ser ésta una religión más moderna, más verdadera, más avanzada, más culta y más tolerante que la católica. De ese modo, en palabras de Sánchez Saus, ocultan que
 
"…implantaron un régimen perverso para la humillación continua de judíos y cristianos, suponiendo el sometimiento político, religioso, la inferioridad jurídica y moral y la discriminación en todos los órdenes sociales y ámbitos de la vida cotidiana" 



A título de ejemplo de esto último podemos decir que el testimonio de un cristiano, o de un judío, nada valía ante un tribunal; también habían de levantarse en señal de respeto cuando entraba un musulmán en una estancia, o no podían montar a caballo ante su presencia y sólo podían pasarle por el lado izquierdo, lado por ellos considerado maldito. Y eso sólo son cosillas menudas del día a día, querido Sancho, porque no vamos a entrar en profundidad sobre otras cuestiones como que Córdoba fue el principal mercado de esclavos de Occidente. Al respecto cuentan algunos historiadores, aunque ya sabes mi escepticismo sobre las cifras, que fueron 18 millones de esclavos los sometidos en el imperio musulmán frente a los 9 millones de esclavos negros que llevaron los europeos a América.

Tampoco te hablaré sobre las 20.000 familias expulsadas de Córdoba en el año 796; ni de las otras expulsiones que vinieron en años posteriores; ni tampoco sobre las miles de condenas a muerte por simple delación de cualquier musulmán que no soportaba a un vecino cristiano o a un judío acusándolo de insultar al islam; según decretos como el de Abdel Rahman II en al año 815; ni hablaremos de la destrucción de todas las iglesias sobre las que plantaron una mezquita, como la cordobesa de San Vicente en Córdoba, que hoy quieren expropiar.


Ni tampoco te hablaré de los impuestos abusivos por profesar otra religión, a pesar de tener estatus de dhimmis; ni de los saqueos, violaciones y persecuciones cotidianas; ni de las quemas de bibliotecas romanas y visigodas, incluso bibliotecas de alguno de sus correligionarios que pretendió eludir ese fanatismo como la biblioteca de Al-Hakam II, con 600.000 volúmenes, muestra del nivel tolerante y cultural andalusí; ni de las masacres de cientos de judíos en la Córdoba de 1.010; o en la Granada de 1.066; ni de las migraciones en masa de cristianos hacia el norte huyendo de la muerte por el hecho de ser cristianos, como la de 1.125 cuando intentaban alcanzar al ejército de Alfonso de Aragón; ni tampoco del éxodo masivo de Sevilla en 1.146 con la entrada de los almohades; ni de las señales distintivas que debían exhibir cristianos y judíos a partir de 1.184, al igual que lo hicieran con la estrella de David en la Alemania nazi, etc. etc. etc.

 
Y esto es lo que sucedía, amigo Sancho, en su Al Andalus tolerante, en el Al Andalus de las continuas decapitaciones en masa, según estudios de Cristina de la Puente, en el admirado y deificado Al Ándalus por estos cebollinos, una cultura que nos dejó en ocho siglos numerosos intelectuales… a ver que busque… ¡ah, sí! como Maimónides, judío él, que tuvo que huir hasta El Cairo para salvar el cuello, o como Averroes, musulmán él, que fue desterrado, censurado y destruida la mayor parte de su obra. Y no te cuento nada sobre lo que les hacían a los cristianos del norte cada verano en sus aceifas o correrías. Aquellas pobres gentes harapientas que vivían destripando terrones y peñascos empujando un arado de sol a sol, con la espada o la hoz melladas preparadas para defender a su familia de los jinetes sarracenos que aparecían para quemar su granero, violar a su mujer e hijas y degollarlos o llevarlos a todos para ser vendidos como esclavos en la muy pura y bella ciudad califal cordobesa, o bien a la taifa de turno, pero esa es otra historia de la que quizás hablemos algún día.
 
"Nunca hubo armonía, eran tres comunidades yuxtapuestas con intercambios comerciales, económicos y administrativos. Lo que había eran dos culturas y tres religiones porque los judíos tendieron a adoptar la cultura romance o la árabe. Era lo más parecido al Apartheid de Sudáfrica"
  

Así nos lo cuenta Serafín Fanjul, otro de mis admirados historiadores, para concluir en sus estudios sobre Al Andalus diciendo que "fue una época terrorífica". Y hoy, querido Sancho, se miente, se oculta la verdad y se idealizan aquellas aberraciones, que lo fueron tanto o más que cualquier otra aberración histórica cometida por cualquier otra cultura medieval o antigua, para poner en jaque el nombre de España, para decir que los cristianos, herederos de Roma, de su Derecho, de su tradición, de su tecnología y de sus costumbres, los españoles de la muy rica Bética, de la Tarraconense y de la Lusitania, ahora disgregados y aislados en feudos para sobrevivir tras el tremendo caos que originó la desaparición del Imperio, eran unos asnos salvajes que sucumbieron ante el esplendor de aquellas refinadas e instruidas tribus del desierto organizadas en torno a los mejores ejércitos de la época.

 
Y no, no hubo en nuestras tierras una convivencia tolerante y pacífica durante el período medieval. Jesús Laínz nos dice que:
 
"La clave del enfrentamiento fue, evidentemente, el infranqueable abismo religioso que separó a musulmanes, cristianos y judíos. Dicho abismo, nunca se cerró en los largos siglos de Reconquista y, lamentablemente, sigue muy lejos de cerrarse en todo el mundo un milenio después".
 
Y casi todos nuestros políticos beben y vomitan esa gran mentira, cosa que no es de extrañar debido a su excelso nivel cultural, pero lo que es peor: muchos de nuestros profesores y maestros también adolecen de ello y transmiten, inocentemente o no, a nuestros hijos falsedades como esta:
 
"Hoy, Boabdil representa una última resistencia contra la intolerancia religiosa, el poder fanático y la ignorancia cultural; su entrega de la ciudad y reino de Granada simbolizó la pérdida de la fecunda creatividad intercultural, renovación y convivencia nacidas de la conquista musulmana de España"
 
Querida señora Drayson, al menos reconoce usted que sí hubo en realidad una conquista por parte de los musulmanes y… señor Gibson y demás adláteres de la subvención y de la mamandurria, no es sano ocultar aquellas fuentes que no interesan para construir su propia versión de los hechos pues el conocimiento se convierte así en podredumbre, y de esta forma es de la que huelen muchas de nuestras universidades.
 

Mi buen amigo y hermano José Ruíz, comentando las protestas por la celebración de la Toma de Granada, me dijo en cierta ocasión que la historia no se puede cambiar aunque pretendan hacerlo. Sé a ciencia cierta, que tras esta lectura, querido Sancho, cambiará de opinión, aunque también sé que él se refirió a que son los hechos los que no se pueden cambiar, pero la historia no sólo son los hechos en sí, sino cómo éstos se cuentan, o se inventan. Y es por ello, por estas maneras de contarnos la realidad, por lo que algunos lloramos por España.