QUÉ LEJOS TE VAS QUEDANDO, ESPAÑA DE MI QUERER
Amigo Sancho, hoy te hablaré de algunas cuestiones que siempre ocultaron en colegios, institutos y universidades, algo que resulta incomprensible, quizás por no ser de mérito plausible o difícil de entender, vete a saber. Quizás si no las hubieran escondido hoy cantarían otros gallos en nuestro reino y, aunque sus gritos sean proferidos desde gargantas quebradas y desentonadas, suelen ser más amenos en el amanecer que los rebuznos y gruñidos de algunos lerdos. Fíjate, sin más:
1) En tan sólo un
siglo, tras desembarcar Colón, los españoles fundamos más de setecientas
ciudades en América. Más o menos una media de una nueva ciudad cada dos meses.
2) Muchas de las grandes ciudades de Estados Unidos fueron fundadas por
españoles: Los Ángeles, San Antonio, San Diego, San José, San Francisco, El
Paso, Memphis, etc.
3) Cuarenta y seis años después de la llegada de Colón, ya estábamos
fundando universidades, especialmente para indígenas, y confeccionamos una
estructura administrativa y comercial que permitió al Gran Perú, Cuba,
Filipinas o Argentina ser los territorios más ricos del mundo durante más de
dos siglos. Nuestra moneda, el Real de a ocho, fue la moneda del comercio
mundial durante tres siglos, permaneciendo oficial incluso en EEUU hasta
mediados del siglo XIX.
4) En 1533, ya habíamos fundado el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco
destinado principalmente a los indígenas, que conservan sus idiomas gracias a
los frailes españoles quienes acopiaron y ordenaron su gramática. Y ello un
siglo antes de que los ingleses fundaran en Norteamérica la primera
universidad… aunque, eso sí, sólo y exclusivamente para ingleses pues
consideraban que los indígenas eran animales.
5) Dos tercios del territorio de EEUU era español pero los separatistas
mejicanos, una vez desunidos, lo vendieron a los estadounidenses por cuatro
perras o bien se lo dejaron conquistar cuando aquellos criollos, poderosos
industriales burgueses, traicionaron a su patria para repartirse el botín de
los impuestos. Curiosamente hoy los llaman "libertadores". El
resultado de su liberación es evidente, basta con observar el nivel de vida que
ostentan en sus artificiosos países.
6) El jefe apache Gerónimo era descendiente de apaches españoles quienes
mantenían un convenio con la corona que les garantizaba una amplia autonomía,
al igual que el resto de tribus. Gerónimo era español y hablaba español. Se
rebeló contra los EEUU por el genocidio que llevaban a cabo contra su pueblo,
una vez fueron vendidos por los separatistas mejicanos de la época, lo mismo
que hicieron con el resto de indígenas.
7) Al sur del Río Bravo, el 88% de la población actual de Méjico desciende de
los antiguos pobladores americanos. Al norte del Río Bravo, sólo el 1,7% de la
población estadounidense tiene ascendientes indios.
8) El Reino de España abarcaba territorios en los cinco continentes (Europa,
América, Asia, África y Oceanía). España alcanzó su máxima expansión
territorial, unos treinta y un millones y medio de kilómetros cuadrados, entre
los años 1580 a 1640. Todo era España y sus habitantes españoles.
9) Más de quinientos millones de hispanohablantes y un planeta abierto e
intercomunicado por primera vez para la raza humana es la herencia que dejó
España, con un dominio sobre sus pobladores mucho más respetuoso y humano que
el de cualquier otro país de su tiempo o cualquier imperio de la Historia.
10) Y es que debemos situar nuestra perspectiva en la propia visión de la época
para emitir juicios justos, y por ello debemos convenir en que hubo miles de
energúmenos, patanes, rufianes, opresores, ladrones y bandidos en la España no
peninsular cuyos descendientes hoy farfullan contra la patria de sus
antepasados. Y nos acusan a los españoles de hoy de los crímenes que llevaron a
cabo sus propios abuelos. Los nuestros se quedaron aquí, y entre ellos también
hubieron multitudes de energúmenos y gentuza de la misma calaña, o peor. A
ciencia cierta que los sigue habiendo en la España actual en mayor número.
Todos los españoles de ambos hemisferios (como dice la Constitución de 1812)
sufrieron las consecuencias de vivir en esos siglos.
Y ese expolio por el que tanto "ilustrado, ilustrada, ilustrade e incluso
ilustradu" rebuzna, no era otro que el 20% de impuestos para la corona más
el 10% (diezmo) para la Iglesia, exactamente lo mismo que pagaban los españoles
de la península.
Hoy pagamos en total, sumando impuestos directos e indirectos, en torno al 60%
de nuestra renta y, como no tienen suficiente, nos endeudan más y más. Con ese
dinero financiamos a los delincuentes puigdemones y demás separatistas, a los
etarras, a esas petardas que con sus pétreos rostros se llaman a sí mismas
feministas y a los ecolojetas y demás parásitos, que haberlos hay los en
extrema abundancia. Y para colmo quizás pagaremos la independencia de esa
magnífica tierra española que es Cataluña. Pero lo más curioso es que todo eso
lo quiere y lo desea media España. Sí, querido Sancho: lo quiere media España.
Y no. No son los partidos políticos los responsables originarios de lo que
sucede, su función es materializar los deseos de quienes los votan aunque
muchos de esos votantes escandalizados y avergonzados después lo pretendan
negar o se arrepientan con la boca pequeña o hagan la vista gorda… - yo no lo
quise – yo no lo sabía - dirán fingiendo un falso bochorno, como hiciera
Indalecio Prieto, con sus declaraciones en el Círculo Cultural Pablo Iglesias
(Méjico, 1942) después de trescientos mil muertos: “Me declaro culpable ante mi conciencia y ante España entera de mi
participación en aquel movimiento revolucionario. Lo declaro como culpa, como
pecado, no como gloria”.
En definitiva, en nuestro
reino las urnas son acta ante la sociedad de lo que cada cual hace y es, no de lo que dice. Como dijo Alberti:
"las palabras entonces no sirven, son palabras".
Nos joden, nos chulean y encima les pagamos. Ni hay pan para tanto chorizo, ni
cabe un tonto más en lo que queda de España... o sí.
Por cierto: la amnistía no es un perdón. El perdón es omitir el reproche a
quien comete un acto dañino, pero quedando constancia de que ese acto dañino
existe. La amnistía es el reconocimiento de que no hubo acto dañino alguno, que
los delincuentes tenían razón, que sus actos eran nobles y a pesar de ello se
les condenó injustamente ¿Pero qué puede esperarse de actitudes sectáreas?
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