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jueves, 14 de septiembre de 2023

ADIÓS MI ESPAÑA QUERIDA

 


QUÉ LEJOS TE VAS QUEDANDO, ESPAÑA DE MI QUERER

 

Amigo Sancho, hoy te hablaré de algunas cuestiones que siempre ocultaron en colegios, institutos y universidades, algo que resulta incomprensible, quizás por no ser de mérito plausible o difícil de entender, vete a saber. Quizás si no las hubieran escondido hoy cantarían otros gallos en nuestro reino y, aunque sus gritos sean proferidos desde gargantas quebradas y desentonadas, suelen ser más amenos en el amanecer que los rebuznos y gruñidos de algunos lerdos. Fíjate, sin más:

 

1) En tan sólo un siglo, tras desembarcar Colón, los españoles fundamos más de setecientas ciudades en América. Más o menos una media de una nueva ciudad cada dos meses.

2) Muchas de las grandes ciudades de Estados Unidos fueron fundadas por españoles: Los Ángeles, San Antonio, San Diego, San José, San Francisco, El Paso,  Memphis, etc.

3) Cuarenta y seis  años después de la llegada de Colón, ya estábamos fundando universidades, especialmente para indígenas, y confeccionamos una estructura administrativa y comercial que permitió al Gran Perú, Cuba, Filipinas o Argentina ser los territorios más ricos del mundo durante más de dos siglos. Nuestra moneda, el Real de a ocho, fue la moneda del comercio mundial durante tres siglos, permaneciendo oficial incluso en EEUU hasta mediados del siglo XIX.

4) En 1533, ya habíamos fundado el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco destinado principalmente a los indígenas, que conservan sus idiomas gracias a los frailes españoles quienes acopiaron y ordenaron su gramática. Y ello un siglo antes de que los ingleses fundaran en Norteamérica la primera universidad… aunque, eso sí, sólo y exclusivamente para ingleses pues consideraban que los indígenas eran animales.

5) Dos tercios del territorio de EEUU era español pero los separatistas mejicanos, una vez desunidos, lo vendieron a los estadounidenses por cuatro perras o bien se lo dejaron conquistar cuando aquellos criollos, poderosos industriales burgueses, traicionaron a su patria para repartirse el botín de los impuestos. Curiosamente hoy los llaman "libertadores". El resultado de su liberación es evidente, basta con observar el nivel de vida que ostentan en sus artificiosos países.

6) El jefe apache Gerónimo era descendiente de apaches españoles quienes mantenían un convenio con la corona que les garantizaba una amplia autonomía, al igual que el resto de tribus. Gerónimo era español y hablaba español. Se rebeló contra los EEUU por el genocidio que llevaban a cabo contra su pueblo, una vez fueron vendidos por los separatistas mejicanos de la época, lo mismo que hicieron con el resto de indígenas.

7) Al sur del Río Bravo, el 88% de la población actual de Méjico desciende de los antiguos pobladores americanos. Al norte del Río Bravo, sólo el 1,7% de la población estadounidense tiene ascendientes indios.

8) El Reino de España abarcaba territorios en los cinco continentes (Europa, América, Asia, África y Oceanía). España alcanzó su máxima expansión territorial, unos treinta y un millones y medio de kilómetros cuadrados, entre los años 1580 a 1640. Todo era España y sus habitantes españoles.

9) Más de quinientos millones de hispanohablantes y un planeta abierto e intercomunicado por primera vez para la raza humana es la herencia que dejó España, con un dominio sobre sus pobladores mucho más respetuoso y humano que el de cualquier otro país de su tiempo o cualquier imperio de la Historia.

10) Y es que debemos situar nuestra perspectiva en la propia visión de la época para emitir juicios justos, y por ello debemos convenir en que hubo miles de energúmenos, patanes, rufianes, opresores, ladrones y bandidos en la España no peninsular cuyos descendientes hoy farfullan contra la patria de sus antepasados. Y nos acusan a los españoles de hoy de los crímenes que llevaron a cabo sus propios abuelos. Los nuestros se quedaron aquí, y entre ellos también hubieron multitudes de energúmenos y gentuza de la misma calaña, o peor. A ciencia cierta que los sigue habiendo en la España actual en mayor número. Todos los españoles de ambos hemisferios (como dice la Constitución de 1812) sufrieron las consecuencias de vivir en esos siglos.

Y ese expolio por el que tanto "ilustrado, ilustrada, ilustrade e incluso ilustradu" rebuzna, no era otro que el 20% de impuestos para la corona más el 10% (diezmo) para la Iglesia, exactamente lo mismo que pagaban los españoles de la península.

Hoy pagamos en total, sumando impuestos directos e indirectos, en torno al 60% de nuestra renta y, como no tienen suficiente, nos endeudan más y más. Con ese dinero financiamos a los delincuentes puigdemones y demás separatistas, a los etarras, a esas petardas que con sus pétreos rostros se llaman a sí mismas feministas y a los ecolojetas y demás parásitos, que haberlos hay los en extrema abundancia. Y para colmo quizás pagaremos la independencia de esa magnífica tierra española que es Cataluña. Pero lo más curioso es que todo eso lo quiere y lo desea media España. Sí, querido Sancho: lo quiere media España.

Y no. No son los partidos políticos los responsables originarios de lo que sucede, su función es materializar los deseos de quienes los votan aunque muchos de esos votantes escandalizados y avergonzados después lo pretendan negar o se arrepientan con la boca pequeña o hagan la vista gorda… - yo no lo quise – yo no lo sabía - dirán fingiendo un falso bochorno, como hiciera Indalecio Prieto, con sus declaraciones en el Círculo Cultural Pablo Iglesias (Méjico, 1942) después de trescientos mil muertos: “Me declaro culpable ante mi conciencia y ante España entera de mi participación en aquel movimiento revolucionario. Lo declaro como culpa, como pecado, no como gloria”.

 

En definitiva, en nuestro reino las urnas son acta ante la sociedad de lo que cada cual hace y es, no de lo que dice. Como dijo Alberti: "las palabras entonces no sirven, son palabras".

Nos joden, nos chulean y encima les pagamos. Ni hay pan para tanto chorizo, ni cabe un tonto más en lo que queda de España... o sí.

Por cierto: la amnistía no es un perdón. El perdón es omitir el reproche a quien comete un acto dañino, pero quedando constancia de que ese acto dañino existe. La amnistía es el reconocimiento de que no hubo acto dañino alguno, que los delincuentes tenían razón, que sus actos eran nobles y a pesar de ello se les condenó injustamente ¿Pero qué puede esperarse de actitudes sectáreas?

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