En referencia a un artículo que
publicó Juan Manuel de Prada el pasado 10 de enero de 2015 sobre la revista
Charlie Hebdo se me ocurrió lo siguiente:
Ni
que decir tiene que admiro a las personas inteligentes y preparadas y, sin
lugar a dudas, el amigo Juan Manuel de Prada lo es, además de ser una de las
mentes más brillantes de España. Eso no quiere decir que comulgue con muchos de
sus planteamientos a pesar de que siempre me interesa leerlo o escucharlo
por lo ya dicho.
Comparto
en cierto modo que la revista Charlie Hebdo, una especie de “El jueves
francés”, es una publicación poco decorosa que ensucia de bazofia moral e
intelectual el devenir cotidiano de nuestro país vecino. Evidentemente tiene su
público, el cual es titular de su propio derecho a leer las zafias
publicaciones de ese rotativo y a regodearse con las blasfemias que profiere a
todo tipo de religión o de ideología no compartida con su línea editorial,
incluso cruzando el límite del último decoro hasta llegar a ofender a quienes
son objeto de sus inquinas e insultar a cualquier inteligencia mínimamente
racional. Eso es lo que tiene nuestro sistema de libertades, querido Juan
Manuel, hay que aguantarse, y tienes derecho a criticarlos igualmente, aunque
sé que para ello no empleas sus artimañas barriobajeras gracias a tu exquisita
educación. Por mi parte me uno a esa crítica que haces, pero hago hincapié en
criticar modestamente algunas cuestiones que torticeramente retuerces
cuando muestras esa ligera vena de fanatismo religioso que casi siempre dejas
al descubierto, cosa que en absoluto critico en el sentido de que
cada cual es libre para construir su propia posición en defensa de sus
creencias.
En
primer lugar hay que decir que las religiones no fundan civilizaciones. Más
bien deberíamos afirmar que las religiones son meros instrumentos que articulan
civilizaciones. Europa, es decir, Roma, ya era Roma antes de ser cristiana. Fue
el resultado de la mezcolanza entre lo latino, lo griego y posteriormente lo
germánico, cuando Zeus, Juno y Júpiter dominaban el paraninfo divino y cuando
Yahvé ni tan siquiera había sido adoptado por el politeísta pueblo hebreo.
Dicho sea de paso, nosotros llamamos Zeus a Yahvé. Theus, Deus, Dios, en su
correspondiente evolución fonética, así decimos Theología, estudio de Theus, o
también podemos hablar de Zeus (no el griego sino nuestro Dios), Alá y Yahvé,
un mismo Dios con tres nombres que corresponden a tres religiones, ninguna de
las cuales fundó civilización alguna.
Ya
he comentado que Europa existía como ente civilizado bajo la capitanía de Roma
antes de ser denominada “la Cristiandad”. Los árabes de Mahoma tampoco fundaron
una civilización a pesar del hastío, de la pesadez y del escozor que produce a
mis meninges esa repetida y falsa afirmación por parte de tanto intelectual de
la tienda de los chinos de hoy en día admirador de la supuesta cultura árabe.
Estos árabes de Mahoma simplemente tomaron el poder en el milenario imperio
persa y en gran parte del bizantino obligando a sus nuevos súbditos a cambiar
de religión y de costumbres.
Los
hebreos, supuestamente ya eran el pueblo de Israel desde el propio Abraham,
cuando la principal divinidad de su civilización semita era Ishtar. Yaveh aún
tardaría casi siglos en aparecer como Dios único de Israel. Tampoco
la religión de Zoroastro fundó una civilización puesto que los persas ya
existían como imperio recalcitrantemente politeísta mucho antes de que se
impusiera el mazdeísmo, ni tampoco los seguidores de Ra fundaron la
civilización del antiguo Egipto por ser proclamado dios principal allá sobre el
2.400 AC, bastantes siglos después de que apareciese dicha civilización.
No,
querido Juan Manuel. El hecho de que Europa hunda sus fundamentos cívicos en la
religión cristiana no es lo mismo que decir que el cristianismo fundó Europa.
Tampoco mueren las civilizaciones porque cambien de dioses o de ideologías. El
antiguo Egipto sobrevivió más de 3.000 años con multitud de dioses en distintas
épocas. Roma tuvo más de 30.000 dioses oficiales. El actual Japón tiene algunas
decenas de dioses, siendo su dios principal el propio emperador y Japón no
muere a pesar de que sus emperadores lo hacen.
El
laicismo es un delirio de la razón. En eso te doy la razón, valga la
“rebuznancia”. Es tan delirio como puede serlo cualquier religión, como
cualquier ideología, o ¿es que cada cual no tiene derecho a pensar como le
venga en gana y a delirar por ello si cree menester hacerlo? En algunas
ocasiones yo deliro ante un pata negra de 5 jotas. Eso sí, la estupidez de
muchos laicistas enemigos de todo lo cristiano se instala en sus mentes a las
que les sale un salpullido, si un salpullido pudiera salir, cada vez que
escuchan algo referido al cristianismo y ven con cierta simpatía a la religión
musulmana, tradicionalmente enemiga de todo lo cristiano. Al fin y al cabo se
dejan llevar por el absurdo tópico que nos dice que el enemigo de tu enemigo es
tu amigo, y reconozco que esa absurdez, por utilizar un eufemismo, contribuye
materialmente a favorecer las intenciones de los islamistas.
Me molesta
que la catedral de Córdoba deje de llamarse oficialmente catedral mientras los
musulmanes sigan llamando mezquita a la iglesia de Santa Sofía (Estambul,
Constantinopla o Bizancio), y no por motivos religiosos precisamente. A pesar
de todo a esa parte de la catedral de Córdoba siempre le hemos llamado mezquita
sin mayor problema y siempre fue de titularidad eclesiástica, desde Fernando
III el Santo. La inscripción registral sólo da publicidad a esa
titularidad, es decir, publica un hecho (craso error de nuestra presidenta
de la Junta que no sé a qué juega *...*, y eso que creo que es Licenciada
en Derecho), además, la mezquita se construyó sobre una anterior iglesia
cristiana con los mármoles, con las columnas y con los capiteles extraídos de los
palacios romano/cristianos cordobeses que derrumbaron para utilizar sus
materiales, con los arcos de herradura góticos y con la yesería al uso persa.
Ni que decir tiene que la iglesia de Santa Sofía originariamente fue eso: una
iglesia cristiana, y lo fue durante mucho más tiempo que ha sido mezquita.
Sí.
Nuestra civilización es cristiana, aunque le pese a muchos. Lo ha sido durante
1.700 años. Nosotros somos La Cristiandad para los musulmanes. Somos sus
enemigos a batir desde hace 1.300 años y, aunque nuestra forma de pensar haya
evolucionado hasta el punto de relajar nuestros sentimientos y principios
religiosos, muchos musulmanes aún siguen viéndonos como nos veían hace 1.000
años, precisamente porque siguen pensando como pensaban hace 1.000 años,
exactamente igual que también pensaban los cristianos de hace 1.000 años:
enemigos enfrentados. Comparto la idea de que hay que cerrar filas y no dejar
que impongan sus criterios, pero no por el hecho de ser criterios religiosos,
sino por ser criterios de épocas ya pasadas lejanamente superados en nuestra
cultura.
Nosotros
tuvimos un Renacimiento, una Ilustración, una Revolución Industrial y una serie
de convulsiones que nos han hecho evolucionar en nuestro pensamiento y en
nuestra forma de ver la vida y ellos no han pasado por esos filtros. También
nosotros quemábamos no hace mucho a niñas en la hoguera, matábamos a
protestantes y protestantes mataban a católicos por miles, e íbamos de cruzada
a matar sarracenos. Creo que España es el único país del mundo en el que existe
el apellido Matamoros.
Cada
concepto en su sitio, querido y admirado Juan Manuel de Prada. Para ellos y
para ti es una guerra de religiones. Para mí, simplemente se trata de ideas
medievales contra ideas de nuestro tiempo.
José Manuel Rubio López.
Enero 2015.
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